Siempre te vuelves a levantar...

Levántate, ponte guapa tan solo por joder al que pudo tenerte y no te tiene, para sorprender a los que te conocen y, por qué no, a los que no te conocen también. Si te ves fea, arréglalo con maquillaje. Listo. Siéntete la mejor del mundo. Cuando hayan rumores sobre ti (que te aseguro que los habrá), sean verdad o no, ve con la cabeza bien alta siempre. No mires a aquel que no se lo merezca. Infórmate de todo lo que pasa para que, cuando te pregunten, hacerte la sorprendida; sólo tú sabes que eres una cotilla. ¿Qué? Perdona, no te he oído.. a palabras necias, oídos sordos. Reconoce tus errores, demuestra que te arrepientes, aprende de ellos y no los vuelvas a cometer. Y con eso, no tendrás ni que mencionar la palabra “perdón”. ¿Por ocultar? Ocúltalo todo; miente, niega, invéntate, transgiversa. Pero sólo de tus asuntos; de los de los demás, que se encarguen ellos. ¿Por los amigos verdaderos? Da todo, miente, arriesga, engaña, perdona, ayuda, escucha, habla, calla, ríe, llora. Ellos lo harán por ti. Si no lo hacen, sabes lo que tienes que hacer, ¿no? ;) Escucha música todas las noches delante del espejo, baila, salta, posa, canta como si tú fueras la protagonista de ese concierto en el que están todas las personas a las que quieres y a las que odias también, tu novio, tus pretendientes y tus ex. Come helado, mánchate, sé feliz en la calle, en tu casa, en el colegio, en las tiendas, en el metro, hasta en el médico. Esquiva tus obstáculos con serenidad. Pasa de problemas. Monta en globo, escribe un libro sobre tu vida y prueba todas las posturas del libro Kama Sutra. Porque tú no criticas, sólo dices la verdad sobre los defectos de ciertas personas. Sé fuerte, olvida, ama, sufre, olvida, y ama otra vez. Porque la vida es así; tropiezas, levantas, y vuelves a tropezar. Pero siempre, siempre, te vuelves a levantar…